Desde el Distrito 2202 de Rotary Internacional expresamos nuestro profundo pesar por el fallecimiento de Su Santidad el Papa Francisco.
Nos unimos a las numerosas muestras de condolencia que llegan desde todos los rincones del mundo por la desaparición de una figura inspiradora, que hizo de la paz, la justicia social y el diálogo interreligioso pilares fundamentales de su pontificado.
El Papa Francisco —socio honorario del Rotary Club de Buenos Aires desde 1999— fue un líder espiritual que demostró con hechos que las confesiones religiosas pueden y deben ser una herramienta de transformación social. A lo largo de su vida, y muy especialmente durante su papado, defendió con firmeza la dignidad humana, la diversidad, la inclusión y la fraternidad entre los pueblos, principios que también forman parte esencial de la visión rotaria.
Durante estos años, recibió a decenas de clubes rotarios en el Vaticano, reconociendo la labor humanitaria de nuestra organización y alentándonos a continuar con nuestras campañas solidarias. Su apoyo a la erradicación de la polio fue claro y constante, y siempre valoró el compromiso rotario con la salud, la educación, la paz y el desarrollo sostenible.
Hoy despedimos a un hombre de paz, a un líder humilde y valiente, cuya voz se alzó en favor de los más desfavorecidos, y cuya huella perdurará como un faro para quienes creemos en el poder de la acción solidaria.
Desde el Distrito 2202, honramos su legado y renovamos nuestro compromiso con los valores que él encarnó.
Descanse en paz, Papa Francisco.